Moros y Cristianos
Durante varios días, la ciudad de Elda se llena de color, música y pasión, cuando miles de personas se reúnen para celebrar esta festividad única. La fiesta comienza con la entrada de bandas de música, que marca el inicio oficial de las Fiestas de Moros y Cristianos. A lo largo de los días siguientes, la ciudad se llena de sonidos de tambores, trompetas y otros instrumentos, creando un ambiente electrizante. Una de las partes más destacadas de la fiesta es la participación de las comparsas, que desfilan por las calles de Elda con sus trajes coloridos y ornamentados. Los comparsistas más pequeños también tienen su oportunidad de brillar en el desfile infantil, acompañados por bandas y agrupaciones musicales de la región. La religiosidad también juega un papel importante en la fiesta, con la procesión de San Antonio Abad, que se celebra el último día de la fiesta. La imagen del Santo sale de la ermita y se desplaza hasta la Iglesia de Santa Ana, acompañada por miles de personas. Pero la fiesta no solo es religiosa, también es un espectáculo de acción y aventura. El alardo de arcabucería es uno de los momentos más emocionantes de la fiesta, con la lucha de embajadores y la toma del castillo. La estafeta y embajada mora y cristiana son otros momentos destacados de la fiesta, con la lucha de arcabucería y la toma del castillo. La fiesta también cuenta con un componente cultural, con la interpretación del pasodoble Idella, que da inicio a la fiesta. La misa solemne en honor al Santo en el templo de Santa Ana es otro momento destacado de la fiesta. Finalmente, la fiesta termina con una gran procesión, donde las comparsas desfilan en bloque, y se dispara una alborada pirotécnica, que cierra las Fiestas de Moros y Cristianos de Elda.